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Blinken, en Israel en el último intento de alto el fuego antes de las elecciones en EU
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aterrizó en Israel el martes, en el primer gran esfuerzo de Estados Unidos por lograr un alto el fuego en Oriente Próximo desde que Israel mató al líder de Hamás la semana pasada, y el último intento antes de unas elecciones presidenciales que podrían dar un vuelco a la política de EU.
Hasta ahora, los esfuerzos diplomáticos no han logrado poner fin a la guerra de un año en el territorio palestino de Gaza ni a su conflicto colateral entre Israel y el grupo armado libanés Hezbolá.
Washington espera que la muerte del dirigente de Hamás Yahya Sinwar —el hombre más buscado por Israel—, al que se culpa de desencadenar el año de guerra tras planear los mortíferos ataques del 7 de octubre del año pasado en territorio israelí, brinde una nueva oportunidad para la paz.
Pero Israel no ha dado hasta ahora muestras de ceder en sus campañas militares contra Hamás en Gaza y Hezbolá en Líbano.
Blinken tenía previsto reunirse con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y otros altos cargos al comienzo de un viaje de una semana de duración que también le llevará a Jordania y Qatar.
Altos cargos estadounidenses afirman que se está centrando en los planes de reconstrucción y gobierno de Gaza tras la guerra, necesarios para alcanzar un alto el fuego en la zona. Por otra parte, un enviado estadounidense ha estado en Líbano estudiando las condiciones para acordar un alto el conflicto entre Israel y Hezbolá.
Horas antes del aterrizaje de Blinken, sonaron las sirenas antiaéreas en Tel Aviv y otras zonas del centro de Israel, después de que Hezbolá disparara misiles contra lo que dijo eran objetivos militares israelíes cerca de Haifa y Tel Aviv. Los misiles fueron una aparente demostración de que las capacidades de Hezbolá han sobrevivido al mayor ataque de Israel en décadas de hostilidades.
Durante una noche de intensos ataques contra el sur de Líbano y los suburbios de Beirut, Israel alcanzó la zona cercana al hospital Rafik Hariri de Beirut, el principal centro médico estatal de Líbano. Según las autoridades libanesas, murieron 13 personas. El ejército israelí dijo que el hospital no había sido atacado y que no se había visto afectado.
Blinken ha visitado Oriente Próximo con regularidad durante todo el conflicto —este viaje es el undécimo que realiza desde el comienzo de la guerra de Gaza—, pero todos los intentos anteriores de alcanzar un alto el fuego han fracasado.
Hamás, que sigue reteniendo a decenas de rehenes capturados en su asalto a Israel del 7 de octubre de 2023, se niega a liberarlos si Israel no se compromete a poner fin a la guerra. Israel afirma que no detendrá los combates hasta que Hamás sea destruida de una vez por todas en Gaza, reducida en gran parte a ruinas por la campaña israelí.
El mes pasado se produjo una gran escalada en el Líbano, donde Hezbolá había estado disparando a través de la frontera desde el comienzo de la guerra de Gaza. Israel lanzó un asalto terrestre y una campaña aérea masiva, que ha expulsado de sus hogares a 1.2 millones de libaneses y ha matado a casi toda la cúpula de Hezbolá.
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Blinken, en Israel en el último intento de alto el fuego antes de las elecciones en EU
Washington y otros aliados esperan que el asesinato por Israel del dirigente de Hamás Sinwar en un tiroteo la semana pasada pueda suponer un gran avance, al facilitar que el Gobierno de Netanyahu pueda afirmar que ha alcanzado sus objetivos en Gaza.
Pero diplomáticos y otras fuentes afirman que Israel está presionando en su campaña militar para afianzar una posición fuerte antes de que un nuevo Gobierno estadounidense asuma el poder tras las elecciones del 5 de noviembre entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump.
Altos cargos del Departamento de Estado dijeron que Blinken tiene la intención de plantear la cuestión de lo que sucederá en Gaza cuando termine la guerra, incluida la seguridad, la gobernabilidad y la reconstrucción. Washington ha dicho desde hace tiempo que idealmente quiere que Gaza se reunifique con Cisjordania bajo un Gobierno dirigido por la Autoridad Palestina, que ahora ejerce un autogobierno limitado en el territorio bajo ocupación israelí de Cisjordania.
Blinken también hablará de las represalias que Israel prevé tomar por el ataque con misiles balísticos lanzado por Irán del 1 de octubre, dijo un alto cargo del Departamento de Estado, que habló bajo condición de anonimato. Los aliados temen que las represalias de Israel perturben los mercados del petróleo y desencadenen una guerra entre los dos enemigos acérrimos.
El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abás Araqchi, afirmó en una conferencia de prensa en Kuwait que Teherán no busca la guerra y ha hecho esfuerzos por reducir las tensiones, pero está preparado para cualquier conflicto.
La guerra de Gaza comenzó después de que combatientes dirigidos por Hamás atacaran comunidades israelíes el 7 de octubre del año pasado, matando a unas 1,200 personas y capturando a más de 250 rehenes, según los recuentos israelíes.
El posterior bombardeo israelí de Gaza ha causado la muerte de más de 42,718 palestinos, y se cree que bajo los escombros yacen otros 10,000 muertos sin contabilizar, según las autoridades sanitarias de Gaza.
En el último mes, el conflicto se ha extendido a Líbano, donde Israel ha lanzado una campaña terrestre y ha intensificado los ataques aéreos contra Hezbolá, que había estado disparando a través de la frontera paralelamente a la guerra de Gaza en solidaridad con los palestinos.
Israel afirma que debe destruir la infraestructura de Hezbolá para permitir que decenas de miles de israelíes regresen a sus hogares, de los que huyeron bajo el fuego de Hezbolá. Su ataque ha expulsado de sus hogares a 1.2 millones de libaneses.
El enviado especial de Estados Unidos en Líbano, Amos Hochstein, mantuvo el lunes en Beirut conversaciones con las autoridades libanesas sobre las condiciones para un alto el fuego entre Israel y Hezbolá.
Israel quiere condiciones más firmes que las acordadas tras su última gran guerra contra Hezbolá en 2006, que terminó con una resolución de la ONU que prohibía la presencia de grupos armados como Hezbolá en la zona fronteriza.
Hochstein dijo que ni Hezbolá ni Israel habían aplicado adecuadamente la resolución de la ONU y que, aunque sería la base para el fin de las hostilidades actuales, no bastaría con que ambas partes se comprometieran a cumplirla. Estados Unidos trata de determinar qué más hay que hacer para garantizar su aplicación de forma “justa, precisa y transparente”.
Con información de Reuters.
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Forbes Staff
Fuente: Forbes